El día 11, aquí en Kazajstán se celebró el día de la Capital, de Astana (antiguamente se llamaba Akmolá que significa “tumba blanca” en kazajo) y el presidente Nazarbaev, en su discurso al Cuerpo Diplomático, puso de referencia al Rey Juan Carlos I quien, al parecer, la primera vez que estuvo en esa ciudad, le comentó que ya Felipe II trasladó la capital desde Toledo a Madrid. Después mencionó ejemplos como Suecia, Dinamarca, Rusia, etc. que también lo hicieron en su día. Justificaba el traslado como una necesidad real de ocupar unas tierras que baldías eran un auténtico desperdicio. Sin embargo, casi todo el país está vacío y si ahora entramos en cualquier página de las que se puede ver el tiempo actual y el previsto, se pone la carne de gallina sólo de pensar en el frío que hace en esa ciudad. Hace ahora dos años, el día de la toma de posesión (una más) del Presidente, cuando el coche oficial de la Embajada, estaba en el aeropuerto esperando el avión del Ministro de Asuntos Exteriores español, el termómetro del vehículo marcaba cuarenta y siete grados ¡bajo cero! La nueva capital se encuentra relativamente cerca de una serie de ciudades mineras y metalúrgicas que parecen testimonios del holocausto nuclear más terrible, y había que ver las columnas de humo que escupen al aire. La excusa esgrimida de que gracias al viento que hace en Astana, apenas hay contaminación, es falsa, pues la polución es grande debido en gran parte a las centrales térmicas que calientan la ciudad, pero es que además ese viento, lo que hace es aumentar la sensación de frío hasta límites insospechados.
Ya hice un post hablando de la ciudad y del Efecto Potemkin, pero es que la calidad de lo que se construye es ínfima y hay muchos problemas de todo tipo. Ahora para colmo, gracias a la crisis bancaria se arrastra una fuerte crisis hipotecaria y muchas de las obras comenzadas se han parado o están a punto de hacerlo, salvo que se llegue a poner en marcha el proyecto del Presidente de inyectar muchos millones para terminar lo ya comenzado. Si no es así, la ciudad frenaría toda la construcción de iniciativa privada y el sueño del presidente se retrasaría mucho más de lo deseado. (Esta foto está tomada en la misma calle del Ayuntamiento pero a las afueras)
De todas formas, tengo que reconocer que los sueños de megalomanía de este Presidente no se detienen aquí aunque no son ideas propias de Kazajstán. Se van a construir dos ciudades del juego, una cerca de Almaty y otra cerca de Astana, con la idea de atraer a todos los grandes jugadores de medio mundo. En España también ocurre y no a menos escala. El proyecto parece que se va a copiar en Los Monegros, con una mega ciudad del juego. El paisaje elegido no puede ser más “paradisíaco”, en pleno desierto, a semejanza de las Vegas. El problema es que también van a copiar todas las barbaridades, como el uso del agua. Para el abastecimiento de la ciudad estadounidense se ha construido una presa que cierra el cauce del río Colorado, que ya no es capaz de llegar al mar habiéndose aniquilado el delta que formaba. Ahora en Aragón se va a abastecer a una mega ciudad en mitad del desierto, quizás de la red de embalses que nadie sabía para qué se construían. En fin, que nuestros políticos tampoco dan puntadas sin hilo, pero cosen donde no hay descosido. En todas partes se cuecen habas.