Hoy hace un mes que llegué a España, se me ha pasado muy rápido, pero hay momentos en que echo de menos a todos los que he dejado en Kazajstán. Al fin y al cabo han sido cinco años en que he conocido a personas, con las que en ciertos casos he establecido una relación muy intensa.


En las despedidas que precedieron a mi marcha, dije adiós a todos los amigos que allí se quedaban, tanto expatriados como kazajos con muchos de los cuales, no volveré a encontrarme nunca. Es así la vida del expatriado, como decía mi amigo Pancho, se hacen “grandes amistades temporales”. Sin embargo, tengo confianza en no perder el contacto con algunos de ellos.
Así me ocurrió cuando volví de Ucrania y aunque a muchos no volví a ver, sí me he vuelto a encontrar con los amigos de verdad, incluso hemos cruzado el charco para encontrarnos, tanto ellos como nosotros.
Por eso, mi esperanza ahora es que aquellos que han formado una parte muy importante de mi vida en Almaty, sigan formando parte de mi vida también aquí en España y no perder el contacto de forma definitiva.

Como decía, las despedidas son duras de verdad, las lágrimas salieron sobre todo en algunas de las despedidas particulares, cuando no hay más testigos que los amigos de verdad y con los que no hay que guardar las formas, con los que se puede llorar “a moco tendido” mientras te fundes en el que podía ser el último abrazo.
Fueron días muy intensos y llenos de emociones. Empezaron las despedidas del “Grupo de mujeres de habla hispana”, en la cual nos reunimos todas y seis nos despedíamos del país, había llegado nuestra hora de partir. Unas a otros países y otras a los nuestros.
Tuve despedidas a nivel particular y alguna oficial con alguna que otra sorpresa preparada sin que yo me enterase. Todo fue muy emotivo.

Desde aquí quiero agradecérselo a todos los que he dejado en el camino, que se han quedado pero que me los he traído en mi corazón y que gracias a Internet y mediante este blog voy a intentar estar en contacto con todo ese grupo de personas a las que no olvido.

Gracias a todos de corazón y a los que se han marchado o están por marcharse, les deseo todo lo mejor en sus nuevos destinos.