Ya sabéis que pusimos una denuncia por agresiones y amenazas a mi hija y parece que llegó hasta la Fiscalía de menores porque nos ha contestado. La respuesta ha sido de lo más aclaradora de lo que pasa en España con el tema de los menores.

El primer punto que nos ha dejado extrañados es que entienden que es una denuncia por lesiones. Ni siquiera han dado importancia al hecho de que hayan intentado un linchamiento en toda regla.
Sin embargo, no termina ahí la cosa. En la misiva del Fiscal nos comunica que ha decidido archivar las diligencias porque no había identificación de los menores y así lo había acordado. Sobre esto me gustaría hacer alguna reflexión. En la denuncia, contábamos que el portero del colegio conocía perfectamente a los amenazadores, a las niñas que habían intentado linchar a mi hija y que como no pudieron cumplir sus planes se dedicaron a insultar y amenazar, tanto a mi hija como a mí misma, él fue testigo de todo eso. Decíamos que eran menores, de qué colegio eran, el nombre de una de ellas pero sin el apellido, incluso del curso que eran, por lo que la policía o la Fiscalía tenían muy fácil averiguar sus datos.
Nosotros no conocemos sus apellidos pues mi hija está recién incorporada a ese colegio y aún no sabe esos apellidos porque no son niñas de su clase.
El colegio, en virtud de la Ley de Protección de Datos, no nos los puede proporcionar, sólo la policía por encargo del Juez o el Fiscal puede pedirlos. Entonces, ¿qué solución nos queda? Si no tenemos los datos, la Fiscalía no hace nada, y si los pedimos, tampoco nos los dan…, estamos atados de pies y manos mientras estas niñas agresoras, han sufrido la apertura de unos expedientes que no llegaran a ningún sitio puesto que no se ejecutarán, si en un breve plazo de tiempo no se repiten los incidentes. O sea, ninguna medida que les hiciera saber que ha sido una sanción como consecuencia de su acción. Ellas están felices, fuera y dentro del colegio mientras mi hija a día de hoy, aún tiene miedo de salir y pasar por delante del lugar donde se sientan a la salida del colegio, aunque no le digan nada.

Como ya he contado antes, hemos consultado con un abogado y la conclusión ha sido desoladora. Son menores, no hicieron nada de lo que planeaban porque nosotros lo evitamos, así que aquí paz y después gloria, no hay caso. Parece que la ley para intervenir siempre quiere muertos sobre la mesa porque si no, no tiene aliciente para actuar.
No se que tipo de sociedad estamos creando si a los menores no se les hace saber que las acciones tienen consecuencias, si defiende los derechos sólo de los menores agresores y no de los agredidos para que no den problemas. A lo mejor intentan que todos nos pasemos al otro lado de la línea y nos tomemos la justicia por nuestra mano. Puede ser que su idea de integración sea convertirnos a todos en gente mala, en vez de hacerlo al revés, porque los buenos, al contrario de lo que pasa en el cine, nunca ganan.
El siguiente paso, va a ser pedir explicaciones a la Fiscalía de Menores por su actitud cómoda en la resolución de este tipo de sucesos.
Quiero dejar una cosa clara:
todo lo que nos estamos moviendo es para que se haga justicia, no buscamos venganza. Si quisiéramos venganza nos hubiésemos tomado la justicia por nuestra mano.