Hoy sale en las páginas de todos los diarios la noticia de la manifestación de policías y guardias civiles que han reclamado unos derechos que a todos nos pueden parecer lógicos aunque al parecer al Ministerio del Interior no le parezcan tanto.


La Guardia Civil y la Policía Nacional , son cuerpos jerarquizados, la primera con carácter militar, con implantación casi nacional y con muchas más competencias que otros Cuerpos de Seguridad. Sin embargo tienen menos derechos, más competencias y muchas más servidumbres, incluyendo la disponibilidad territorial que permite a la Institución destinar a cualquiera de sus miembros al lugar de España donde considere que es necesario. Como premio ganan 400, 500 ó 600 euros menos.
Aún recuerdo allá por los años setenta cuando se produjo la primera manifestación de la historia en que los que reivindicaban algo eran miembros de la Policía Armada y de la Guardia Civil. Pedían algo tan “ilógico” como el seguro médico pues entonces, con unos sueldos paupérrimos, debían correr con los gastos de cualquier tratamiento médico. Casi todos se veían obligados a ser pluriempleados para llegar a fin de mes y, cuando llegaba la hora de la enfermedad, si era algo grave, suponía la ruina real de la familia. Aquella manifestación costó la aplicación del Código de Justicia Militar a los que participaron y la cárcel y la expulsión para varios. Sin embargo, al poco tiempo, se les concedió el derecho a la asistencia médica a cuenta del Estado. Aquellos primeros se sacrificaron en pro de los derechos más fundamentales de cualquier trabajador.


Ahora, tras esta manifestación, seguro que algunos de los participantes, sobre todo guardias civiles, caerán bajo el látigo del Código de Justicia militar pues tienen prohibido las reivindicaciones colectivas y es lo que el Ministerio del Interior ha recordado a esos “reivindicadores”. Hay que recordar aquella máxima de “Divide y vencerás”.


No puedo entender el porqué de la negativa a la Guardia Civil y por extensión al estamento militar de que puedan existir sindicatos u otras asociaciones, se llamen como se llamen, que defiendan sus derechos frente a un abuso por parte de sus mandos en particular o de la Administración en general. No hay que rasgarse las vestiduras por una propuesta semejante, hay países donde existen los sindicatos de militares, donde hay militares que participan en política, y no pasa nada, son funcionarios como los demás. Negar esta lógica les convierte inmediatamente en ciudadanos en inferioridad de condiciones para ejercer sus más elementales derechos con los peligros que eso acarrea. La Guardia Civil es uno de los colectivos con más suicidios y con más bajas psicológicas, no estaría mal preguntarse las causas.


Si queremos unas Fuerzas de Seguridad nacionales modernas, adaptadas a los nuevos tiempos, a las nuevas realidades, vamos a empezar por los cimientos, vamos a darles una base sólida para que puedan ejercer su profesión sin mirar con desconfianza y resentimiento hacia otros Cuerpos de Seguridad y que no consideren que dependiendo del Ministerio del Interior, “tienen al enemigo dentro”.