Día 6 de Mayo de 2007 (domingo)









Jiva, un oasis situado casi en el extremo occidental del país, entre los límites de los dos mayores desiertos de la región. Su centro es un casco antiguo amurallado donde el visitante se siente transportado hasta una época lejana. La Ciudadela está catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad; un recinto cerrado donde los sonidos artificiales apenas resuenan entre las vistas de las madrazas, minaretes y mezquitas.





En Jiva hay una gran cantidad de monumentos aglomerados en un pequeño espacio fortificado, muchos de los cuales no han sido dañados por el paso de los años y representan una variada manifestación del arte islámico. Dependencias de los khanes, locales donde se fabricaba moneda, el Harén, madrazas y mezquitas se encuentran dentro de la muralla que rodea la Ciudadela de Jiva Ichán-Kalá.


Una antigua leyenda afirma que Jiva apareció como un pequeño asentamiento alrededor de un pozo de agua.









En el desarrollo de la arquitectura de Jiva se distinguen tres periodos: el primero que abarca los siglos de la ocupación mogol, el segundo que representa la época en la que se consolidan los khanes uzbecos (siglos XVI-XVIII) y una última que coincide con el florecimiento de la región y que comienza en el último cuarto del siglo XVIII prolongándose hasta comienzos del XX. Durante todo este tiempo el lugar ha sido objeto de numerosas construcciones convirtiéndola en uno de los lugares más maravillosos del Asia Central. Es de destacar, entre el gran número de monumentos, la Mezquita Dllumá, del siglo XI, con sus más de doscientas columnas de madera de las que todavía algunas se han mantenido hasta nuestros días. Viéndola es inevitable no encontrar parecidos con la grandiosa Mezquita de Córdoba en cuanto a la utilización de las columnas.









Jiva es un lugar inolvidable en cuyo interior se parece estar en una época del pasado, transportados 500 años atrás, rodeados por esa enorme cantidad de monumentos entre los cuales no hay coches, y sólo los peatones entre las adoquinadas calles son dueños del lugar.
Esperas de un momento a otro que aparezcan las caravanas en su última
etapa antes de que éstas se adentraran en el desierto en dirección a Irán.











Ruta de la Seda, la ruta comercial terrestre y marítima más larga de la antigüedad (siglo II adC)

La ruta de la seda no se utilizaba únicamente para transportar seda hasta Europa ya que las especias, el papel y la porcelana viajaban por el mismo camino. Además, la ruta desempeñó un papel destacado en la difusión de las creencias religiosas (como en el caso del budismo), de ideas y de cultura. Durante su existencia, la Ruta de la Seda enriqueció en todos los aspectos a las ciudades por las que pasaba.

MAPA DEL RECORRIDO DE LA RUTA DE LA SEDA