Cuando se pasea por la ciudad es posible encontrarse una comitiva compuesta por una limusina blanca, engalanada con flores y guirnaldas, con un corazón y dos anillos enormes, seguida de más vehículos con cintas en los tiradores de las puertas que no paran de pitar desenfrenadamente. Pues sí, se trata de una boda. En una sociedad donde la mayoría de la población tiene serias dificultades para llegar, no a fin de mes, sino a fin de semana, el gasto del vehículo para los novios es demencial.
Las bodas, en su mayoría, se celebran en fin de semana, como en casi todas partes del mundo, en el Palacio de las Bodas o en las Juntas Municipales, y las calles de la ciudad se convierten en un hervidero de coches blancos, de parques llenos de novias depositando ramos de flores en los memoriales o en monumentos famosos o bien subiendo a la montaña para el reportaje de rigor. Actualmente, este paseo en automóvil, junto con el banquete posterior, es el único ritual que, en las ciudades se mantiene de las bodas tradicionales. En algunas partes, aún se mantienen ciertas tradiciones a la hora de celebrar los matrimonios.
La boda, el casamiento se llama “Kuz aittyru”. Tradicionalmente la boda de un hijo siempre ha preocupado a los padres. Aunque ahora ya las cosas van cambiando, sobre todo en las ciudades, en el medio rural y sobre todo en el sur del país, las tradiciones se siguen respetando mucho. La novia se busca antes de que el hijo alcance la mayoría de edad. Para ello hay que buscar una familia del mismo nivel, una familia de personas buenas, respetables. Este clan con el que se va a emparentar, no puede haber tenido miembros con enfermedades genéticas, pues la herencia genética es muy importante en este pueblo.
Existen varios tipos de “Kuz aittyru”. Si los niños (niño, niña) son pequeños o incluso si no han nacido, ambas partes acuerdan convertirse en consuegros en el futuro. Este emparentamiento entre familias se llama “bez kula” (besik significa cuna). A veces el padre del hijo casadero con su futuro consuegro entrega a la hija para el hijo del consuegro y esto se denomina “karsy kuda (consuegro mutuo).
El matrimonio está prohibido entre hombres y mujeres del mismo clan. Los kazajos consideran que existe relación de parentesco hasta la séptima generación. Según las reglas del matrimonio, si la mujer es ocho años mayor que el hombre o el hombre es 25 años mayor que la mujer, no se da el consentimiento para dicho matrimonio.
Hablando de tradiciones y de bodas, los actos no siempre se pueden justificar con la tradición porque hay algunas que realmente son espeluznantes. Nos contaba una amiga que vive en Almaty que en una ocasión llegó a sentir miedo por culpa de una de esas tradiciones. Me explicaré.
Esta amiga, estaba reunida con un grupo de amigos y conocidos de estos. Entre el grupo había un hombre del sur del país. Después de unas cuantas cervezas, este tipo, le dijo que estaba pensando en secuestrarla. En condiciones normales se lo hubiese tomado a broma pero es que no sería nada nuevo pues tradicionalmente, en esa zona, cuando una familia no entregaba a su hija al hombre que la pretendía, la solución era raptarla, violarla y como consecuencia de la deshonra, no quedaba más remedio que la boda. Es cierto que en algunos casos, también son ellas las que participan en la simulación del secuestro y se van con el chico, pero en la mayoría no es así.
A veces desaparece alguna chica del entorno de las amigas, les preguntas que donde está y te dicen que la han secuestrado, los que no entendemos estas tradiciones, nos quedamos boquiabiertos cuando alguna de ellas te dice que no pasa nada que seguramente se casará.
¿Verdad que es como para poner el vello de punta? Pues sí, pero lo peor de todo es que es real. La dignidad de la mujer, al menos como lo vemos los occidentales, en muchos casos es pura ciencia ficción.